Toda conducta social es aprendida, pero es en el transcurso del desarrollo de las etapas evolutivas vitales del ser humano en interrelación con el desarrollo cognitivo, donde se marca el proceso de socialización de niños y jóvenes, su importancia no solamente radica en cómo se relacionan con sus pares, sino que permite aceptar que niños y adolescentes interioricen las normas sociales. Cabe resaltar que todo ámbito donde los niños y jóvenes se desarrollen y, por ende, socialicen. Se convierten en contextos positivos o negativos para aprender y desarrollar habilidades sociales.
Cuando un niño o un adolescente logra adaptarse a los diferentes contextos y consiguen un aprendizaje sano y adaptativo de las habilidades sociales, se puede hablar de una población infantojuvenil asertiva, cuando el desarrollo de las habilidades sociales no es apropiado o desadaptativo, se habla de niños y jóvenes agresivos y sumisos con un gran déficit de dichas habilidades que les impide responder de manera acertada a los desafíos cotidianos donde se desenvuelven.
Dentro de los grandes aportes de la psicología desde hace varias décadas se encuentran los programas de entrenamiento en el aprendizaje de las habilidades sociales, con el objetivo de promover el bienestar integral en la población infantojuvenil, e iniciar una aventura de aprendizaje transversal en los diferentes ámbitos de intervención, trascendiendo a las diferentes áreas de desarrollo de niños y jóvenes, dotándolos de habilidades para la vida que los ayuden a enfrentar de forma asertiva sus interacciones cotidianas, así como resolver problemas a corto, mediano y corto plazo de forma eficaz y eficiente.
Es importante que antes de comenzar el entrenamiento en habilidades sociales se debe dar una mirada retrospectiva a la historia y antecedentes de vida del individuo para identificar cuál es el locus de control de ese niño o joven y direccionar las técnicas hacia la falencia, por consiguiente, el entrenamiento consiste en implementar diversas técnicas para orientar a la adquisición de conductas o comportamientos asertivos a través de una comunicación verbal y no verbal coherente y coordinada con lo que se piensa, se siente y se hace, logrando convertir el déficit de habilidades sociales en un aprendizaje continuo para hacer frente a las interacciones cotidianas asertivamente.
Del mismo modo, este entrenamiento es un proceso donde se entrena en habilidades sociales enseñando conductas específicas, que se practican y se integran al repertorio conductual del sujeto; y para ello se puede hacer uso de la técnica de juego de roles, del modelamiento, del reforzamiento, así mismo trabajar en la reducción de la ansiedad frente a las situaciones donde no se sienten cómodos por el déficit de habilidades sociales , aprendiendo a gestionarlas y mejorar su comportamiento frente a situaciones donde le era difícil desenvolverse, haciendo uso de técnicas de relajación.
En este mismo orden de ideas se debe abordar la técnica de reestructuración cognitiva con el fin de modificar creencias, actitudes, valores que han reforzado las carencias en el aprendizaje de las habilidades sociales, haciendo uso de la ficha de auto registro de ideas irracionales, teniendo en cuenta que la persona tiene pensamientos que no son lógicos, por lo que el entrenamiento se enfoca en tratar estos pensamientos irracionales. Además, se resalta la técnica en entrenamiento de solución de problemas donde se enseña cómo abordar la situación problemática paso a paso, así como la técnica de autoafirmaciones positivas en donde se le enseña al sujeto a decirse frases de valía personal para contrarrestar los pensamientos de minusvalía.
Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer mis aportes, Dios les bendiga.
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